La reforma es la revolución religiosa que dividió a los cristianos en católicos y en protestantes.
Se produce en primer lugar en Alemania, donde es favorecida por el fraccionamiento del Imperio en un gran número de pequeños Estados casi independientes.
El monje Luther, después solamente de haber atacado el abuso de las indulgencias (1517), rompe abiertamente con el Papa (1520), condena el celibato de los sacerdotes y los votos monásticos rechazan una parte de los dogmas católicos, niegan la infalibilidad de los Concilios como la del Papa, y declaran la Escritura santa la única base de la fe.
Puesta a la interdicción del Imperio por Charles-Quint, encuentra en el duque de Sajonia Frédéric al Sabio un potente guardia; sus doctrinas se extienden en Alemania del Norte; redactadas por Mélanchton bajo el nombre de Confesión de Augsburgo (1530), desarrolladas por Calvin en su librode la Institución cristiana (1535), se propagan rápidamente.
En vano el Concilio condena la Reforma de Trento (1545); amenazados en su vida o en su libertad, Reformados los toman las armas después de la muerte de Luther (1546); supidos por Charles-Quint a Mühlberg en 1547, son salvados por Francia y obtenidos condiciones honorables por la paz de Augsburgo (1555).
Calvin, que sustituyó a Luther como jefe del partido reformado, se aleja aún más que del catolicismo y le organiza su religión en Ginebra.
En Francia la reforma de Luther hace a pocos prosélitos, pero la de Calvin se extiende, sobre todo en el Mediodía, a pesar de la Sorbona, los Parlamentos y el rey; al final del reino de Enrique II, cuenta con ya dos mil de iglesias.