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Asesinato de Coligny. Coligny fue una de las primeras víctimas del Santo- Barthélemy: el alemán Besme entró en su habitación con una banda de degolladores: ¿"Es ti bien el almirante ?" es mí, respondió Coligny sin perturbarse, hace lo que querrá; ya hace mucho tiempo que estoy dispuesto a morir. "Besme le hundió su espada en el pecho blasphémant." ¿A "se termina Besme, gritaba el duque de Manera, que había permanecido en la calle, Besme ?" se hace esto. "respondió el asesino." - "Lance el por la ventana que ella vi." "Besme obedece, y Manera tuvo la infamia de insultar su enemigo muerto, y lo de un golpe de pie a la cara." Catherine de Médicis y Carlos IX. Carlos IX, después mucho tiempo de haber resistido a las excitaciones de su madre, había terminado por él ceder: "Por la muerte Dios, dicho con rabia, puesto que encuentran bien que se mata al almirante, yo quieren, mí, que se matan también los todos huguenots de Francia, para que no permanezca uno que pueda acusárme lo." "Catherine no descuidó nada para que este deseo estuviera plenamente satisfecho." Masacre del Santo- Barthélemy. Catherine de Médicis pasó toda la tarde del sábado 23 y una parte la pro'xima noche el crimen con Henri de Manera y sus otros cómplices: se distribuyeron los papeles, se hizo cerrar las puertas de París, y conectar todos los barcos del Sena, luego las degolladores se volvieron por pequeñas tropas a los puestos que se les asignaron, aunque a las dos horas de la mañana, a la señal otorgada por la campana de Santo-Germano el De Auxerre, la masacre se comenzó al mismo tiempo por todas partes: los protestantes, sorprendidos en su mayor parte en su cama, ni siquiera pudieron defenderse; los asesinos no se limitaron a destrozar a Coligny y los otros jefes del partido protestante: nobles, magistrados, burgueses, artesanos, todos los aquéllos que se pudieron tomar fallecieron, matados a golpe de pistola o a golpe de espada, pegados, estrangulados, ahogados, rotos, los verdugos no ahorraron ni a las mujeres, ni a los niños: "Sangre, sangra, gritaba ricanant uno de los principales ejecutores, la sangría es tan buena en agosto que en mayo." "El populacho, puesta en alegría, arrastraba los cadáveres de calle en calle, los adoquines eran rojos y la sangre pasaba en los arroyos." Algunos centenares de protestantes que vivían en el suburbio Santo- Germano, fuera de las paredes, se armaron al ruido de los arquebusades, e imaginándose que era un motín de los Maneras contra el rey, se dirigió hacia las Tejerías para defenderlo, pero cuando llegaron sobre el muelle, fueron acogidos por golpes de fuego, y el propio rey tomó del arquebuse para extraer contra ellos: retrocedieron camino en toda prisa, y el duque de Manera, que se había lanzado a su continuación, no pudo llegar a juntarlos (24 de agosto 1572). Las masacres de París se repitieron en provincia, Lyon, Burdeos, en Ruán, Meaux, Troyes, en Bourges, a la Caridad, en Tours, Orleans, Saumur, en Angers, etc. El Loira, el Garona y la Ródano rodaron, como el Sena, cientos de cadáveres. Se puede considerar que el Santo- Barthélemy hizo alrededor a de 20.000 víctimas, cuyo 2000 al menos en París y 500 en Ruán. Remordimiento de Carlos IX. El rey permaneció algún tiempo hundido en la embriaguez de su crimen, pero cuando volvió de nuevo a la razón, tuvo vergüenza de sí mismo, perdió el descanso, y sus noches fueron perturbadas por pesadillas terribles: oía gritos, veía montones de cadáveres, y como sentía la muerte acercar, temblaba de aterroriza, rechazaba su crimen sobre su madre, e imploraba sanglotant la misericordia de Dios. Su final fue tan miserable que los propios protestantes dieron prueba alguna piedad. Se murió el 30 de mayo de 1574: no tenía aún venticuatro años.  |
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En una primera guerra, François de Manera comienza las hostilidades por la masacre de Vassy (1562), pega a Dreux al ejército de Condé y Coligny (1562), y fallece asesinado a la sede de Orleans (1563). Catherine de Médicis, que no tiene ya que temer que los jefes protestantes, decide con destreza Condé y Coligny que debe firmarse la paz de Amboise, poco ventajosa para su partido (1563). En una segunda guerra (1567), los protestantes, que reanudaron las armas para salvar su vida amenazada, tiendas de apoderarse del rey en Meaux, matan a Saint-Denis del connétable de Montmorency, y obtienen la paz de Longjumeau, que renueva la de Amboise (1568). Pero los católicos lo violan aún, y la desgracia del Hospital va seguida de un redoblamiento de violencia. En una tercera guerra, se pega y mata a Condé a Jarnac (1569); Coligny, que se ha convertido en el único jefe del partido, se pega también a Moncontour, en Poitou (1569), pero pronto se está incluido en el vigor y obtiene del tribunal asustado la paz de Santo-Germano, que concede a los protestantes plazas fuertes, dichas lugares de seguridad: la Pequeña roca, Coñac, Montauban, la Caridad (1570). Los dos partidos parecen acercarse: Charles vuelve a Coligny su influencia, y le promete declarar la guerra a España para volver a Francia su lugar en Europa; pero Catherine de Médicis, celosa de Coligny, traza contra él con el joven Henri de Manera, y repentinamente Carlos IX, fascinado por su madre, pide la masacre de Coligny y de todos los protestantes; este orden infame se realiza en París en la noche del Santo- Barthélemy (24 de agosto 1572), y los días siguientes en varias ciudades de provincias. Sin embargo todos los protestantes no pudieron ser degollados: una cuarta guerra estalla, y los católicos, después de haber utilizado sus fuerzas en un ataque contra la Pequeña roca, conceden a sus enemigos la paz de la Pequeña roca (1573), que confirma la de Santo-Germano. El Santo- Barthélemy fue inútil. |
Masacre del Santo- Barthélemy. Remordimiento de Carlos IX. |
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