Luis XIV, que odia a los Holandeses como republicanos, como protestantes y como acaparadores del comercio europeo, les declara la guerra (1672) e invade su territorio con Turenne y Condé.
Holanda, sin unión y sin ejército, parece inutilizable defenderse; pero las exigencias de Luis XIV inspiran supidos al valor de la desesperación; Elevado Guillermo de Orange, al poder por una revolución, estalla las presas de Holanda, y fuerza a los Franceses a retroceder delante de la inundación.
España y el emperador de Alemania hacen alianza con él: Francia es atacada por una formidable coalición.
La campaña de 1674 es una serie de victorias: Condé detiene Barbilla de Naranja a Senef; el rey retira el Franco Condado a España; Turenne, en una campaña admirable, expulsa a los Alemanes de Alsacia, Duquesne pega las flotas de Holanda y España.
En los 1675 Alemanes vuelven a entrar en Alsacia después de la muerte de Turenne, pero se rechaza por Condé.
En 1676 Duquesne se vuelve a amo del Mediterráneo; en 1677 Luxemburgo pega a Barbilla a Cassel.
Francia victoriosa impone a sus enemigos el Tratado de Nimègue que les da el Franco Condado y parte de Flandes (1678-79).
Francia supió Europa.