El duque de Enghien, último descendente del Condés, había llevado las armas contra Francia con los emigrantes, y no parecía extranjero a las conspiraciones dirigidas contra el primer cónsul.

Bonaparte, implicado por la cólera, envió a una tropa de dragones detener al duque en el ducado de Baden, al castillo de Ettenheim, luego lo hizo juzgar por un tribunal militar, y tirar la misma noche en las zanjas del castillo de Vincennes (Marzo 1804).

la ejecución del duque de Enghien es uno de los actos que se tienen el acusada a Napoleón.

Bonaparte soñaba descargar en Inglaterra, para atacar su enemigo cuerpo a cuerpo y dictarle la paz en Londres.

Inmediatamente después la ruptura del Tratado de Amiens, hizo construir en todos los puertos, de Brest a Amberes, una multitud de chalupas y barcos planos; los Ingleses se burlaron en primer lugar de estas cáscaras de nuez, pero cuando tener a Bonaparte, a la cabeza de 200 barcas, hace retroceder 14 de sus naves cerca de Boulogne (1804), temblaron en su isla, y formaron una tercera coalición contra Francia.

Napoleón, aumentando el campo de Boulogne, transportó en veinte días sobre el Rin los ocho cuerpos de su ejército; luego, dejando Augereau en reserva, remontó el Mein con Lannes, Murat, Ney, Soult, Davout, Marmont y Bernadotte, volvió al ejército austríaco por admirables maniobras, y lo cortó en varias secciones a Vertingen, a Memmingen y a Elchingen, rechazó el cuerpo principal sobre Ulm y lo envolvió de todas las partes, guardando las alturas; el general Mack, desesperado, capituló con 33.000 soldados, 60 cañones y 40 banderas (20 de octubre 1805); de 100.000 Austríacos no seguía siendo más que fugitivo, que proseguía nuestra caballería; Napoleón no había perdido a más de a 3.000 hombres.

La batalla de Trafalgar volvió la Inglaterra principal absoluta de los mares.

La flota francesa y la flota española reunidas contaban con 33 naves, 5 fragatas y 2 bricks; el almirante inglés Nelson so'lo tenía 27 naves, pero la mayoría eran más fuerte que los nuestros, y supo hacerlos dar al mismo tiempo, al lugar que el almirante francés Villeneuve, opuesto por el viento, no pudo poner en línea sino 23. La victoria de los Ingleses estuvo completa, pero carinosamente comprada: perdió a 3.000 hombres y a su almirante; nuestros marineros se defendieron con rabia, y 7.000 de ellos fallecieron mitraillés, ahogados, fulminados: la tripulaciónde Aquiles se dejó saltar más que de volverse (20 de octubre 1805).